Capítulo 100.
Todo el ambiente en la cueva está irreconocible…
El brujo Agneo solo no cree, no se siente capaz de creer lo que sus ojos están viendo.
La sangre, que era roja, esa misma que había extraído de la bestia, poco a poco se transformaba en un tono azul y de manera inexplicable se iba acercando hacia la de la bebé.
A pesar de ser esperado el movimiento, el cambio de color era algo insólito.
Jamás antes visto… No por el viejo Agneo.
En el instante en el que la gota de sangre azul de la bestia llega hasta donde se localiza la de la cachorra, comienza a rodearla para hacerla entrar en ebullición.
— ¡Pero ¿qué diablos está sucediendo? ¿Qué carajos es esto?! —grita desesperado el brujo, al ver cómo la sangre de la pequeña criatura comienza a hervir hasta que se deshace por completo.
En ese instante la pequeña criatura que se encontraba resguardada en los brazos de Alena suelta un berrido, que llegaba hasta el alma de quien escuchara, dolor… tortura… soledad…
Su cuerpo tiembla desesperado.
— Tran