Estos dos días ella no ha visto a Michael. Por orgullo no le ha preguntado a su suegra sobre él. Almorzaron juntas, pero no quiso mencionarle nada de su hijo. Trata de ser lo más normal posible, aunque las preocupaciones la tienen muy distraída.
— Cariño. ¿Quieres acompañarme a hacer unas compras? — le dice su suegra.
— Claro que sí, eso me distraerá del encierro y las preocupaciones.
— ¿Es bueno tomar aire de vez en cuando?
— Ya somos dos la que reflexionamos así. — el chofer las llevó al centro comercial, Emily solo tenía ojos para la ropa de bebé. Mientras que su suegra miraba otro tipo de atuendos y no eran para ella, precisamente, que estará tramando.
Miro las cunas, los accesorios, todo le gustaba, pero aún es muy pronto para esas cosas, llegaron a una tienda de ropa de marca, la madre le sugirió que se midiera unos vestidos que ella escogió.
— Madre, no creo que sea necesario.
— Vamos, cariño. Mídete estos lindos vestidos.
— Pero son blancos, no me quedan bien con solament