ROMINA
Es martes por lo que nos tocaba a Mónica y a mí ir a la pequeña agencia para ver nosotras mismas las modelos de la campaña de Estados Unidos, pero también nos teníamos que encargar de la campaña de Alemania y por eso viajaremos.
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Aún recuerdo la cara de felicidad de mi pequeño cuando le dije que iríamos a un viaje, me hubiera gustado llevarme a Lola que es mi persona de confianza, pero ella tiene a un hijo que atender.
—Mami, mami ¡llegaste! — mi pequeño me recibió super contento y amaba eso.
—¡Llegue! — Lo achuche y por supuesto Stich también quería su regalo de besos y abrazos — ¿cómo se portaron mis niños hermosos?
— Mami, Stich no es un niño es un animal de cuatro patas — mi instruye mi pequeño sabelotodo.
— Lo sé, pero para mi son mis niños adorados— le lance un beso.
Había cosas que la pequeña mente de mi genio no comprendía, me gustaba enseñarle esas cosas.
— ¿Se puede querer un animal como a un hijo, mami? — indaga interesado en esos temas.
— Se puede pequeño, se pue