—¿Padre?

Los ojos de Carlos se abrieron desmesuradamente, su rostro mostrando una incredulidad absoluta.

Estaba seguro de que esa era la voz de su padre, el patriarca de los Elizondo…

¿Pero cómo había aparecido de repente allí?

Carlos siguió la dirección de la voz y descubrió con asombro a un hombre de mediana edad, de aspecto severo, que lo miraba con furia.

Carlos se frotó los ojos, aún sin poder creerlo.

¿Acaso su padre no estaba en Viento Sur?

¿Qué hacía él allí?

—Padre, ¿cómo es que está aquí? —el arrogante ímpetu de Carlos desapareció al instante, preguntando con temor.

Él era el señor de los Elizondo, temido por cielo y tierra, pero temía a su padre.

Cada vez que su padre mostraba un rostro sombrío, él temblaba de miedo.

Y ahora, la magnitud de la ira de su padre lo aterraba, era una expresión terrible que nunca antes había visto.

—¡Hijo rebelde! ¡Arrodíllate! —rugió Esteban con furia, su voz como un trueno, lleno de decepción.

"¡Pum!"

Carlos no se atrevió a desobedecer y se arr