Adriana se movió hacia él:
—Así que guardemos esto por ahora. Tampoco te molestes en hablar con la señora Vargas por ahora. Espera a que haya una oportunidad y luego golpéala fuerte.
Después de decir esto, Adriana observó la expresión de Omar y agregó:
—Asegúrate de que el camarero que me trajo el jugo de frutas esté bajo control. Podría ser útil en el futuro.
Omar sostenía un cigarrillo entre sus dedos, y al escuchar esto, sus ojos mostraron un deje de diversión. Movió los labios:
—¿Futuro?
—Sí.
—Aún te quedan seis meses y luego te largas. ¿De dónde viene ese 'futuro'?
Adriana vio cómo se levantaba y se dirigía hacia el interior. Rápidamente dijo:
—Nosotros no tenemos futuro, pero tú sí. Guárdalo para ti en el futuro.
Omar tomó la última calada de su cigarrillo, se agachó para apagar la colilla y dijo de manera indiferente:
—Te agradezco por cuidar de mí.
Adriana se quedó en silencio.
Luego, él se dirigió hacia la puerta de la habitación, deteniendo sus pasos por un momento, le l