Marcelo:
Andaba de un lado a otro por la cocina, hoy el restaurante estaba más que lleno el día de hoy, es uno de esos días en los que detestaba mi trabajo, pero debía continuar, por amor a lo que hago.
—Dos ordenes de pasta con pollo en salsa de naranja y papas —uno de los meseros dejo la orden frente a mi.
Una de las cosas por las que he sido reconocido es por estar siempre preparado para todo, siempre tengo ordenes listas para llevar, así es mi trabajo y me gusta que todo sea impecable.
—Carlos, la salsa esta insípida —deje la cuchara sobre la olla—, agrega más queso crema y orégano pero solo una pizca.
—Si chef.
—Angela recuerda que el salmón no debe pasarse de cocción.
—Si chef.
—Jefe, tiene una visita —uno de los meseros llegó.
Asentí y salí de la cocina, afuera me estaba esperando Jennifer, hace mucho que no la veía.
—Marcelo —me dio un abrazo.
—Jennifer ¿Cómo estás?
—Bien, vine por que voy a requerir tus servicios como chef profesional.
—Oh, en ese caso vamos a mi oficina y a