Ciara
Al terminar de cenar Aksel cogió a Elanna y se la llevó a la sala de estar, le puso una película y yo aproveché para colocar los utensilios en el lava platos. Cuando dejé todo limpio me uní a ellos contagiándome de la alegría de mi hija, se veía recuperada y hasta parecía otra niña vistiendo sus bonitos vestidos.
No tardó mucho para que le diera sueño y llevarla a la cama, esta vez me senté al otro extremo de la cama oyendo a Aksel leer el cuento, Elsnna le hacía pequeñas preguntas interrumpiéndolo cuando no entendía algunas cosas. A él no parecía molestarle resolver sus dudas, tal vez Aksel no lo supiera pero con sólo tratar a mi hija de ese modo él ya se había ganado mi corazón.
Cuando se durmió me levanté con cuidado y lo esperé en la puerta, sostuve su brazo cuando pasó a mi lado y él me miró interrogante.
—¿Podemos hablar? —pregunté en voz baja.
—Pensé que lo habías dejado claro esta tarde en la cocina —mencionó reparando mi mano que aún no lo soltaba.
—Quiero dejarlo