Mateo aún mantenía sus esperanzas puestas en Natalia, hasta que la persona enviada por Luis lo llevó al lugar que le había dado a Natalia.
Al ver a un grupo de policías en los arbustos, Mateo, sentado en el automóvil negro, no podía creerlo.
—¿Ves? Esta mujer nunca tuvo la intención real de salvarte