En la villa Oasis.
Cuando Silvia regresó, Julio aún no se había ido a descansar. Vestía una pijama oscura, sentado cómodamente en el sofá, con una mirada sombría fija en ella.
—¿Te divertiste hoy?
—Más o menos —respondió Silvia.
Julio se puso de pie, con su imponente figura bloqueando gran parte de