En la cafetería.
Silvia se levantó y se acercó a Natalia. Luego, bajó la voz y le dijo lentamente al oído:
—¿No dijiste que había cambiado? ¿Cómo puedes seguir pensando que seré engañada vilmente como antes? Te digo, antes no era ajena a tus tácticas de bajo nivel, simplemente eso no me importaba. P