CAPÍTULO 29. PLANES SUSPENDIDOS
Gabriela
Estoy concentrada bañándome y mirando en que momento se distraen para aprovechar y salir nadando por el río, pero los muy desgraciados no me quitan los ojos de encima, odio ser el foco de sus miradas hambrientas desde pequeña tuve ese problema siempre hubieron chiscos que me acechaban pero nunca me intereso nadie en particular, aunque algunas ocasiones me irritaba pero la mayoría de veces me sentía alagada, pero en estos momentos odio despertar morbo en ellos.
Y me pregunto pero que diablos les pasá hay cinco mujeres en este maldito lugar, porque diablos no dejan de mirarme, ni que no hubieran mujeres hermosas aquí, así no voy a poder irme, malditos miren a otro lado. Hasta que de repente me hace saltar el estruendo de un proyectil muy cerca de nosotros, el disparo se sintió tan duro que dejo mi corazón saltando, fue tan cerca de mí, que mis oídos se lastimaron con las ondas emitieron el proyectil y volteo a ver aturdida por el disparo miró a dónde fue que dispararon.
Y me