CAPITULO 8. LA CARA DEL ÁNGEL
Gabriela
Entro en el rio y me arrodillo rápido para tapar mi desnudes, el agua está deliciosa ya que aquí hacé mucho calor sumerjo mi cara desesperada tomando el líquido para hidratarme tomo tanta y respiro profundo feliz de saciar mi sed que me tenía la garganta seca inquino mi cuerpo casi acostando me para cubrir la mayor parte de mi cuerpo.
Y después comienzo a limpiar mi cara y echándome agua con las manos porque el agua no alcanza a cubrir todo mi cuerpo, solo de los pechos hacia abajo porque no nos dejaron ir más haya, supongo que no quieren que nos volemos y esto es lo maximo que nos permiten o solo quieren mirar nuestros cuerpos, trato de limpiar mi zona intima con disimulo.
Pero es difícil sintiendo la mirada de todos hacia mí y no entiendo porque diablos me tienen que mirar a mi, sabiendo que hay cinco mujeres muchas más hermosas que yo porque diablos tengo que ser foco de sus miradas, sigo tomando agua pero con miedo de que caiga mal, ya que puede haber bichos dentro de