Estuve encerrada en el baño durante un largo rato hasta que escuche que alguien tocaba la puerta, pasó tanto tiempo dentro de la tina que no estaba muy segura si ya había amanecido.
-¿Sigues ahí?. - escuche decir a Trista.
Abrió la puerta y asomó la cabeza, con una expresión de preocupación que no lograba sacarme del todo encima.
-Para que lo sepas, estamos todos aquí afuera, ¿podemos entrar?. -
-¿Todos?. - le dije asomando la cabeza sobre el borde de la tina.
-Si, todos. - abrió la puerta y uno tras de otro entraron. Comenzaron a sentarse en el piso y con