Cap. 12 El maestro del amor
—¿Qué pasa aquí? —preguntaba Riana.
—Pasa que tu hermano me pidió un favor y yo lo ayudé.
—¿Por qué?
Reinaldo le explicó a su impetuosa hija.
—Por años tu hermano se ha alejado de lo tradicional de la familia, tuvimos muchas diferencias, pero es mi hijo y ahora…
—¿Ahora?
—Está sentando cabeza.
El viejo Lugo entonces habló para decirle a su nieta.
—Parece que piensa en alguien más que en el mismo y eso me complace.
—Abuelo, ese chico es un rebelde y tú deseas que se haga cargo de todo.
—Él ama los barcos, el mar, lo que hice —señaló Hugh Lugo—. En cambio, tú amas la parte administrativa.
Ella amaba el dinero y no entendía a dónde querían llegar esos dos con todo esto.
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El yate atracó en un embarcadero privado y Lex aseguró el yate y le dijo a su amigo.
—Hay que despertarlas.
Brandon saltó del bote y con un llavín abrió las rejas que daban acceso y volvió para ayudar a su amigo.
—Chicas, llegamos.
Agnes se despertó con costes y entonces miró a Valery profundamente dormida.
—¿Qué sucede