Inicio / Fantasía / Deseo salvaje / Capítulo 59 — La Llegada de los Trillizos
Capítulo 59 — La Llegada de los Trillizos

Yvi

No oigo el ruido de la puerta abriéndose. No veo las sombras que pasan frente a mí. Todo lo que siento, todo lo que percibo, es el calor de Aleksandr, sus manos que me marcan, me controlan. Tengo la sensación de que el mundo exterior ya no existe, que nada importa excepto esta presencia devoradora, este vínculo que tengo con él, por tóxico que sea. El peso de su cuerpo contra el mío es un ancla que me impide huir, un peso que no quiero quitar. Pero, en el fondo de mí, algo ruge, un destello de realidad que rompe el sueño que he tejido a su alrededor.

Voces. Pasos apresurados. Un cambio en el aire, una nueva tensión. Siento a Aleksandr tensarse, sus brazos endureciéndose a mi alrededor, su mirada penetrante tratando de atravesar esta intrusión que interrumpe nuestro momento. Me aprieta más, acercándome a él como para protegerme. Pero siento la presencia de algo... de alguien más.

Aleksandr

No oigo a los trillizos llegar hasta que ya están allí, en la sombra de la puerta abierta. Su presencia en la habitación me golpea como una onda de choque. Cada fibra de mi ser se ha tensado, lista para enfrentar esta amenaza que se presenta ante mí. Aprieto a Yvi contra mí, sintiéndola tensarse bajo mi dominio, pero no puedo dejarla ir. No ahora. No después de todo lo que hemos pasado juntos.

Los trillizos están aquí. Puedo sentir su mirada penetrante, su energía eléctrica propagándose por la habitación. Lyam, Kael, Soren... tres presencias que me observan con una intensidad que roza la ira. Pero no tengo ninguna intención de soltarla. Yvi es mía, y no la devolveré, sin importar lo que ellos crean.

Lyam

Miro la escena frente a mí con una intensidad ardiente, mis puños apretados a los lados. Esta visión me golpea de lleno, despertando en mí una rabia sorda. Yvi, allí, en los brazos de otro. No cualquier otro. Aleksandr, ese hombre de poder y misterio que la ha poseído. Es insoportable. No tiene derecho. Ella es nuestra. Siempre lo ha sido.

Avanzo un paso, pero Kael pone una mano firme en mi brazo, deteniéndome justo antes de que actúe. Lo miro, un destello de furia en mis ojos. No es momento de reflexionar, no es momento de esperar. Quiero recuperarla. Quiero a Yvi. Todos queremos a Yvi. Es demasiado tarde para jugar. Debemos actuar.

Kael

Lyam está listo para lanzarse sin pensar, pero no entiende. No se trata simplemente de poder. No es solo una ofensa que este hombre nos haya quitado a nuestra mujer, sino de una guerra más amplia. Aleksandr es un maestro en este juego, y ha sabido marcar a Yvi de una manera que supera todo lo que hemos vivido. Ha encendido un fuego en ella, un fuego que debemos entender antes de combatirlo.

Me permito una mirada, una mirada que dice mucho sobre mi propia frustración. Pero conozco el camino que debemos seguir. Debemos avanzar con inteligencia, no lanzarnos de cabeza como quiere Lyam. Sé que Aleksandr nos está esperando. Sé que él sabrá confrontarnos. Y cuando lo haga, estaremos listos. Debemos estar listos.

Soren

Todo en ellos me pone nervioso. Su presencia. Su furia. Todo parece demasiado pesado, demasiado intenso. Mi mirada se fija en Yvi. Ella está allí, en sus brazos, pero... algo ha cambiado. Ella está más distante. Más perdida. Ya no es la que dejamos atrás, y esta transformación me angustia. Quiero encontrarla de nuevo, pero sé que aún no es el momento de arrebatarla de su influencia. Debemos entender lo que la une a él.

Aprieto los puños, aunque mi instinto me empuja a acercarme, a tomarla entre mis brazos. Pero me contengo. Sé que no es fácil enfrentar a Aleksandr, especialmente con esta tensión palpable en el aire. Cada movimiento, cada palabra debe ser medida.

Yvi

Siento que la tensión se transforma en una bruma helada que me envuelve, me ahoga. Los trillizos están allí, y sé que me miran. Su presencia me saca de un estado de letargo donde no soy más que un instrumento, un deseo, una sombra. Me siento desgarrada, como un objeto que quieren recuperar, pero que no quiero devolverles. Soy mía, y soy de él. Pero ellos... ellos me conocen. Saben cada rincón de mi alma, cada falla en mi corazón. Y eso es lo que me aterra. Ellos me han forjado antes que él.

Lyam avanza, y lo siento. La ira en sus ojos, la posesividad que emana de su postura. Él lo quiere todo. Quiere recuperarme, salvarme de esta locura que le he dejado. Pero no estoy segura de querer ser salvada. Ya no logro encontrarme en este laberinto de deseo y dolor que he creado.

Aleksandr reacciona de inmediato, sus brazos se tensan, apretándome más cerca de él, como un león que protege a su presa. Un desafío silencioso entre él y los trillizos. Un enfrentamiento inminente. Me impide moverme, responder, huir. Y todo lo que puedo hacer es quedarme allí, en sus brazos, sabiendo que, pase lo que pase, estoy perdida.

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP