Punto de vista de Adrián.
Tuve que usar todas mis fuerzas para no entrar en esa habitación con ella, tenerla tan cerca y no poder tocarla me estaba enloqueciendo. Esperaba que al ducharme se aplacara un poco el calor que ella me estaba provocando, no quería perder el control y asustarla.
Me quite el traje, la corbata y la camisa, me dirigí a la ducha y dejé correr el agua fría, que enorme sorpresa me lleve cuando la oí.
Yo quería despejarme con esa ducha pero me empezaron a llegar los más dulces y exitantes gemidos que escuché en mi vida.
Saber que estaba del otro lado de esa pared, escucharla gemir, imaginarla desnuda ahí y tocándose fue extasiante, cuando menos lo imaginé ya estaba duro como roca.
Horus no paraba de aullar al sentir su excitación y gritarme para que fuera con ella, y créanme que realmente tuve que usar todas mis fuerzas para no entrar en esa ducha y hacerla mía en ese instante.
Comencé a imaginarme que esos gemidos eran míos y que era yo quien se los a