La atmósfera se volvió algo extraña. Yelena fingió no ver nada. Solo Lorenzo levantó la barbilla con altivez y se rió burlonamente.
—Has estado muy ansioso por verme perder un brazo, ¿verdad?
Baltasar, con el rostro totalmente pálido, le dijo:
—¡Soy el jefe de la oficina de Ingeniería!
—¡Nada cambiaría incluso si eres el príncipe!
Lorenzo le dio una feroz patada, el hombre vomitó una mezcla de alcohol y tónicos en el acto.
—¡Cof, cof…!
Baltasar cayó estrepitosamente al suelo, retorciéndose de dolor, bastante histérico:
—¡Rápido! ¡Llama a la policía! ¡Intentaron asesinarme, es un delito muy grave!
Se volvió realmente loco. Los miembros de la oficina de Ingeniería comenzaron a hacer la llamada con frenesí.
En poco tiempo, un gran número de policías llegaron al hotel y lo rodearon, bloqueando todas las salidas. Debido a que Bruno había retirado a su gente con anticipación, no encontraron ninguna resistencia en su camino.
—¡Capitana Muñoz! ¡Eres mi en realidad salvadora! ¡Finalmente has