La sonrisa de Alejandro se congeló al instante, ¡sintió como si alguien le hubiera dado una bofetada fuerte y ardiente! ¡Un silencio sepulcral se apoderó de la sala!
Laura y Antonio estaban emocionados: —¡Lorenzo, eres increíble!
Lorenzo se encogió de hombros. Jorge realmente era astuto. Al pedir dos millones, directamente aumentó la cantidad diez veces para complacerlo.
Se acercó a Alejandro, cuya cara estaba pálida, y dijo: —Supervisor García, he cumplido mi parte. ¿No deberías cumplir tu promesa también?
Alejandro frunció el ceño, pero rápidamente sonrió con desdén: —¡Espera un minuto! En el teléfono mencionaste dos millones, pero el ayuntamiento ordenó veinte millones. ¡Las cifras no coinciden!
Antonio, lleno de indignación, dijo: —Supervisor García, ¿qué estás insinuando? ¿Quieres retractarte?
Alejandro resopló fríamente: —Sospecho que esto fue solo una coincidencia. Lorenzo, este novato sin habilidades en el mundo laboral, seguro que escuchó un rumor de algún lugar de que el ayun