—Disculpe joven, estaba distraída —dijo Sabrina.
—Tranquila, yo también estaba distraído, si no me equivoco eres Sabrina, ¿verdad? —preguntó Enrique.
—Sí; pero yo no sé tu nombre y veo que tú sabes el mío.
—Logré verte, cuando estabas buscando un departamento con el señor Manuel. Y él te llamaba por tu nombre.
—Entiendo y dime, ¿cómo te llamas?
—Mi nombre es Enrique, ¿podemos ser amigos?
—¡Claro que sí!, mucho gusto Enrique.
—Igual un gusto Sabrina —Ambos se dan la mano.
—Enrique, apenas te estoy conociendo, y siento que muy dentro de vos, te pasa algo, si quieres me puedes contar.
—Te contaré, ya que ahora somos amigos; pero no te lo diré aqui, mejor vamos a mi departamento.
—Esta bien, vamos —le respondió ella y fueron hasta el departamento.