Ese día fuimos a ver la puesta de sol.
Fue la más hermosa que había visto en años.
Ernesto me tomó una foto.
Mi rostro sonriente en primer plano, con la puesta de sol de fondo.
Al revisar las redes sociales, vi que esa foto apareció en el perfil de Ernesto.
Con la descripción: [El mejor atardecer, la mejor tú.]
Valentina comentó dando like: [¡Vaya, vaya, la mejor tú!]
Ernesto le respondió: [Valentina, ya tienes edad, deberías conseguir pareja también.]
Valentina puso los ojos en blanco.
¿Y Manuel? ¿A quién le importa?
El día del compromiso.
Manuel apareció vendado como una momia, acompañado por Camila.
Los habían traído a la fuerza para presenciar nuestra felicidad, rodeados por un círculo de guardaespaldas.
—¿Qué significa esto? —pregunté desconcertada.
Ernesto sonrió astutamente:
—Dije que lo haría ver tu felicidad con sus propios ojos. Estoy cumpliendo mi palabra.
Me eché a reír.
¡Ernesto, qué malvado!
Durante el brindis, Manuel, la momia, se movió repentinamente.
Camila fue lanzada