Capítulo 60. El día que la verdad tuvo nombre.

El atardecer cayó sobre la ciudad con una calma tensa, la clase de quietud que precede a una tormenta mediática.

Las primeras luces de los faroles se filtraban entre los ventanales del despacho del fiscal general, donde cámaras, micrófonos y periodistas aguardaban con ansiedad el inicio de la conferencia.

La noticia había corrido como pólvora: “El caso del accidente donde falleció la prometida de Francesco Romero sería reabierto.

Nadie sabía con certeza qué revelaciones se darían, pero los rumores ya hervían en los noticieros vespertinos.

El nombre de Emiliano Del Valle, uno de los empresarios más influyentes del país, aparecía en todos los titulares; su fortuna, su matrimonio, su reputación… todo estaba a punto de ser puesto a juicio.

Y sin embargo, dentro de la mansión Del Valle, el silencio era absoluto.

Mariana observaba el reloj una y otra vez, como si al hacerlo esperaba que el tiempo se detuviera para ella, con las manos frías, sen