Capítulo 23. La verdad salio a la luz... algun día tenia que pasar.

La habitación permanecía en silencio tras su última frase. La amenaza velada aún vibraba en el aire, como humo de pólvora suspendido entre los dos.

Mariana se removió apenas bajo las sábanas, el dolor de las quemaduras le recordaba cada segundo de su imprudencia. Quiso responderle, desafiarlo como hacía siempre, pero sus labios permanecieron sellados. Había algo en la mirada de Emiliano que no había visto antes: ya no era solo rabia o fastidio… era cálculo. Sospecha.

Él caminaba despacio de un lado al otro, con las manos en los bolsillos, como un hombre que contaba mentalmente cada paso para no perder el control.

-- No puedes irte todavía – le dijo sin girarse, clavando la vista en la ventana.

-- El médico fue claro, tendrás que permanecer aquí varios días –

-- ¿Días? – la voz de Mariana se quebró, entre la sorpresa y el fastidio.

-- No pienso quedarme encerrada... –

-- No piensas – la interrumpió él, dándose la vuelt