Mariana continuaba consolándome con entusiasmo.
—¡Ah, y otra cosa! Estuviste con Antonio durante seis años, incluso te casaste, pero te mantuviste intacta, ¿no demuestra eso tu dignidad y respeto propio? Para ser sincera, si mi hermano buscara otra mujer ahora, ni siquiera es seguro que encontrara a alguien tan pura. Como Daniela, por ejemplo. Investigué sobre ella en el extranjero y ha tenido muchos novios. Latinos, chinos, blancos, africanos... Para ser franca, ha estado con más hombres que tú a pesar de que estuviste casada... En realidad, en cuanto a condiciones personales, ella no te llega ni a los talones, solo te gana por su origen familiar.
Al escuchar estos chismes sobre Daniela, no pude evitar interesarme.
Recordaba que ella había tenido dos novios durante la universidad.
Y eso era solo lo que se sabía públicamente.
Viendo su colorida experiencia, quizás había tenido otras relaciones más breves.
Sin embargo, no le mencioné esto a Mariana.
Sofía vino a sentarse con nosotras y