Capítulo 350
Pero Claudia no era tan obediente.

Miró a la multitud y gritó: — ¡Thiago! ¡Thiago, sálvame!

Un joven salió entre la gente, medio cubriéndose el rostro, tímido, como si temiera ser reconocido.

Refunfuñando, apareció: — Claudia, ¡me has hundido! Si hubiera sabido que venías a vengarte de María, ni de broma te traigo. ¿Olvidaste que estás en libertad condicional?

Lo conocía.

Era el primo de Claudia, sobrino de Marta, Thiago Morales.

En cuanto apareció, la mirada fría de Lucas se dirigió hacia él: — Thiago, ¿la trajiste tú?

Thiago se asustó, agitando las manos: — Señor Lucas, ¡no sabía que planeaba causar problemas! Estaba muy aburrida en casa recuperándose, mi tía me pidió que la sacara a distraerse, yo...

Lucas no lo escuchó, se volvió hacia mí: — ¿Tú qué propones?

Seguía mirando preocupada su espalda, temiendo que el ácido sulfúrico pudiera haberlo quemado a través de la ropa.

Cuando me habló, reaccioné: — Llamar a la policía. Que lo manejen legalmente.

No quería aprovecharme de la infl
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