Por lo que me ha dicho, observo aturdida al hombre que me lleva en sus piernas y este solamente me besa en mi brazo, para después mover su silla de ruedas hasta la parte más cercana de la cama.

No podía comprender qué era lo que estaba sucediendo exactamente, porque en ninguna parte del mundo el esposo recompensaría a su mujer por maltratar en las partes íntimas a su hermano.

Aunque es evidente que ellos se llevan demasiado mal y que lo había hecho para defenderme de él, era algo bastante delicado. Pero a Danell parecía no importarle eso, sino demostrarme que realmente era un hombre completo.

— Danell yo…

— Sube a la cama, por favor. Aunque quisiera hacerlo con mis propias manos, te has dado cuenta de que me es imposible, así que, no puedo engañarte, ni mucho menos pedirle el favor a alguien más. Por lo que, recurro a tu ayuda para que puedas subir por tu propia cuenta. — dice Danell.

Sé lo que me está diciendo y aunque quiero responderle, mi cuerpo solamente acata su