Danell me observa seriamente y suspira profundo, retrocediendo en su silla de ruedas, como si se diera por vencido. Pero, no me confío, no puedo hacerlo, porque cuando menos creo que va a hacer o decir algo malo, lo hace.
— Está bien, no voy a obligarte. — dice Danell y yo no bajo mis defensas.— Detén el auto, voy a quedarme aquí. — No van a protegerte más, Dove. El acuerdo se ha acabado. Han ayudado por mucho tiempo, ya no van a hacerlo más. — dice Danell y yo comienzo a asentir comprendiendo ello.— Está bien, no importa. Puedo arreglármelas como pueda sola. — digo y él suspira profundo.— Intenta calmar a los bebés. — dice Danell y yo miro a mi alrededor.— Saldré. Solo así puedo consolarlos. — digo con seriedad.Danell asiente y yo comienzo a arrullarlos hasta que se calman. Todos miran a s