Danell no se marcha por más que se lo pido. Pero, no me molesto más por ello, ya que, me concentro en mis hijos y no dormirme porque estoy frente a una gran amenaza. Por fortuna, el tiempo pasa y aterrizamos en un lugar bastante solitario.
Como puedo, me muevo intentando tomar a mis hijos, pero, todo duele. Por ello, me enojo al saber que necesitaré la ayuda de alguien más porque no puedo llevar a los dos bebés en mis manos y bajar las escaleras.— Déjeme ayudarte. — dice Danell y yo niego.— Solo necesito una silla de ruedas. — digo seria.Es tan desagradable pedir una silla de ruedas, porque esto me recuerda a Danell. Pero, la necesito, solo así puedo llevar a mis hijos conmigo y aunque aun así necesito ayuda para moverme, ellos no tocaran a mis bebés.— Si me permites, puedo llevarte y…— No. Solo búscame una silla de ruedas, de lo dem&aac