Suspiro profundo y me esfuerzo en no llorar. Él está muy mal y eso, en parte, es mi culpa. Por lo que, debo hacerme cargo de él e intentar solucionar el problema que nos está afectando a ambos.
— Danell, necesito que me ayudes a colocarte en la silla de ruedas. — le digo y él sonríe negando.— Estoy bien, vengo del suelo y es lo mejor estar de dónde vengo. — dice Danell y yo suspiro profundo.— Deja de hablar tonterías y ayúdame a ayudarte. Necesitas un buen baño y dejar de beber alcohol ¿acaso quieres morir? Porque dudo que morir de alergia sea una muerte rápida.— Realmente no tengo idea de qué es lo que quiero. Pero mientras lo descubro, quiero quedarme bebiendo.— Eres alérgico al alcohol. Danell. Deja de complicar más su vida y hazme caso.— Por eso me fui, Dove. Ya nos hemos complicado la vida lo