Con todo mi amor.

Tuve que salir de casa, el ambiente se puso muy, muy caluroso y sí, él ha solucionado los problemas con Keith.

No sé cuánto tiempo pasó, pero el sol ya no está y la noche comienza a dar los primeros signos de penumbras, aunque no tanto. Las luces de las calles pueden provocar ceguera porque son tan intensas, casi igualando al sol. Es hora de regresar a la tibieza de casa.

—Te amo, bebé, mucho —Oh, esa es su voz—. ¿Te quedaras esta noche?

Ruego porque Keith diga que sí, en serio.

—Te amo también, cariño —Aw, el amor es lo mejor, ¿cierto?—. Puedo quedarme, pero tendrás que prestarme algo de ropa.

—Todo lo que quieras —Suena muy empalagoso, pero eso está bien—. Estoy muy feliz, no discutiremos más.

—Jaren Jouvet —Oh, Keith acaba de... Vaya—. Todo esto no ha sido más que un malentendido. Esto nos hace saber que debemos mejorar nuestra comunicación.

Él, Jaren, se percata de mi presencia y entrecierra los ojos... De acuerdo, es mejor no estar en el centro, uno nunca sabe lo que...

—Tienes razón, bebé —Paso por un costado, evitando ser el blanco de su mirada—. La comunicación es una de las bases principales en una relación, ¿cierto, Orange?

Ups, dijo mi nombre.

Todo lo que puedo hacer es mirarlo y seguir el corto trayecto hasta la cocina. ¿Qué?, tengo hambre.

Escucho risitas y es un alivio para mí. Ellos están bien. Resolvieron los inconvenientes y eso es todo lo que necesitaba.

—Orange, ¿qué te apetece para la cena? —Ah, Keith es el hombre más hermoso y perfecto que he visto y conocido en mi vida, ¿ya lo he dicho?—. Puedo preparar pollo al horno con patatas o carne con verduras o quizás una...

—Bebé, no malacostumbres a Orange —Ay, no, ¿en serio, Jaren?—. Después tendrá problema con...

—Tranquilo, cariño —profiere Keith.

Yo estoy encantado con que me malacostumbre y quiero que lo haga toda su vida, ¿es mucho pedir?

—¿Sabes, bebé? Fue Orange quien me motivó para, bueno, llamarte —Pues sí, ¿quién otro como yo?—. No estoy seguro de cómo lo hace, pero él sabe y me entiende. Soy tan afortunado de tenerlo en mi vida.

¡Já! Por supuesto que sí. De eso ninguna duda, Jaren.

—Y yo soy afortunado de tenerlo a los dos —Aw, son tan... tiernos y lindos, no tanto como yo, pero cerca—. Entonces, ¿pollo o carne?

Opto por la carne. Quiero carne.

Jaren arquea una ceja y me mira fijo; él ya lo sabe. Lo sé por su enorme sonrisa.

—Carne... —replica y soy tan, pero tan feliz—. Carne con verduras.

De acuerdo, quizá no tan feliz. No comeré verduras, no señor.

—Para ti solo carne, Orange —decide Keith.

—Tiene que comer verduras, bebé —reprende Jaren, cariñosamente.

—Cariño, es un gato y los gatos adoran un buen trozo de carne asada —Lo que Keith dijo—. No puedes obligarlo a comer verduras si no quiere.

Exacto, Jaren, no puedes obligarme.

—Oh, Jesús, ¿qué haré con ustedes?

—¿Amarnos?

Exacto, Jaren, lo que dijo Keith.

—Amo a los dos —Y de pronto, hay beso y, ¿eso que vi era la lengua de Jaren en toda la boca de Keith?—. Hoy no dormirás en la habitación, Orange.

Keith sonríe feliz mientras se hace con la cocina.

Pronto hay un delicioso aroma flotando en el aire y siento suaves caricias en la cabeza. Es una mano de mi hermoso Keith. Puedo notar a Jaren mirándonos de soslayo, está celoso... otra vez.

—Después de la cena y sobremesa —Hay un sonido que comienza a surgir, es algo que hago cada que me siento muy contento—. Danos unas dos horas, ¿eh?, y después entrarás a la habitación. Dormirás con nosotros, como siempre lo has hecho.

La risa de Jaren es sonora. Estoy seguro de que oyó lo que acaba de decir Keith, pero no importa.

¿Saben? Estoy feliz de vivir con él, con Jaren, y lo soy aún más porque Keith está de nuevo con nosotros. Ellos se aman y, aunque posiblemente en el futuro existan algunas discusiones, estoy seguro de que lo solucionarán. Por algo estoy yo aquí, ¿cierto?

Puedo ser un gato y no hablar el lenguaje humano, pero entiendo y puedo lograr hacer entender a la persona que me ama y cuida. Sin embargo, lo cierto es que son dos personas a las que amo y son dos personas las que me aman.

Ellos me tienen y yo los tengo a ellos. Somos una familia muy peculiar, aunque estoy pensando en que Jaren debería proponerle matrimonio a Keith... Sí, definitivamente debo hallar una manera de hacérselo saber y quién sabe, quizá dentro de unos meses habrá casamiento...

Eso es todo por ahora. Ten una buena vida y si tienes un amiguito de cuatro patas, habla con él... Te aseguro que te escuchará y te entenderá.

Oh, por cierto, los gatos somos mejores que los perros... Bueno, quizá tengo el ego por las nubes, pero, ¿a quién le importa?

Ahora sí, eso es todo. Recuerda darle cariño y amor a tu amiguito de cuatro patas.

Con todo mi amor…

Orange.

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