— ¿Cómo lo ves, Gin? Dime que tiene solución. Que encontraremos al culpable. —dijo Samantha después de que le hubieran mostrado todos los archivos y programas.
Ellas y Marcos llevaban una hora en el despacho. Le habían explicado a Georgina todos los procedimientos en los balances económicos y todos los pasos a seguir que hacía la compañía. Había preguntado poco y escrito en un papel varias cosas.
—Te tengo dos noticias, Ron. ¿Cuál quieres primero, la buena o la mala?
—La buena. —respondió Sam rápidamente. Ya era hora de que surgieran buenas noticias. Y en medio de todo ese caos, algo mejor sería definitivamente un soplo de aire fresco.
—Lo voy a desenmascarar. —advirtió Gin muy segura. Marcos y Sam se miraron a los ojos y sonrieron. Era el momento de desvelar al tramposo.
—Pero no hoy —continuó sin prisa pero sin pausa. Gina vio en el momento que la sonrisa de su mejor amiga había empezado a decaer pero no quería mentirle ni darle falsas esperanzas— .Y esa es la mala noticia. Soy una