Capítulo 28: Fuera Disfraz
A la mañana siguiente, Erika se despertó con lentitud notando que el reloj marcaba las 8 am.
“Definitivamente eso de tener criados es un mal vicio” – pensó mientras se colocaba de pie y ahogó un bostezo.
Ya no volvería a levantarse en la madrugada para limpiar la casa, lavar la ropa y hacer el desayuno.
Tras arreglarse y ponerse algunas de sus ropas desgastadas habituales salió de su habitación.
- Buenos días señora – le saludó uno de los empleados que estaba limpiando las ventanas del pasillo en esos momentos.
- Buenos días ¿y mi esposo?
- Am… bueno… eso… ah, él salió desde temprano – comentó de forma apresurada.
- Ah… - la pelinegra solo dejo escapar un suspiro triste – no tienes por qué mentirme, no llego a dormir ¿cierto?
- Perdón señora.
- Descuida, estoy acostumbrada – indicó limpiando de forma apresurada la lágrima que estaba escapando de sus ojos en ese momento – no importa que haga, no soy lo suficiente para él.
- No diga eso señora, de seguro está