DORADO, ROJO Y NEGRO

Un frío que calaba en los huesos se sentía desde hace horas en el terminal terrestre de la ciudad serrana de Latacunga, acompañado de un viento capaz de estremecer a cualquiera que no estuviese a buen recaudo dentro del edificio principal.

Un mal presagio, aseguró Jeynz, con la mirada perdida una vez más. Después de lo visto, ahora Mytlen le creía cualquier palabra que dijese.

La rubia chica, que temblaba aun estando debajo de pesadas capas de ropa, terminó de pagar el café con sanduches de mortadela, uno para cada una, que les servirían de merienda a ella y sus hermanas mientras esperaban el arribo del bus que las llevaría al suroeste del país. Por un instante se sintió mal por darles una comida tan pobre a su amiga embarazada y a una niña en crecimiento, pero ambas coincidieron en que no tenía mucha hambre. Cosa extraña, ya que si para algo sirvieron esos d

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo