Kiara Watson fue llevada a la estación de policía mientras hacían la respectiva investigación que definiría si era culpable o no. En su mente solo estaba Lia; no quería que le pasara nada. Afortunadamente, Nguyen se hizo cargo, pero ella aún no lo sabía y eso la tenía desesperada.
—Tienes visita— le informó un oficial, y Kiara se colocó de pie acercándose a la rejilla. Al ver a Nguyen se alegró.
—¡Kiara!— Él se acercó también, preocupado por ella y más al verla tras las rejas.
—¡Te juro que no lo hice, Nguyen! Susana me tendió una trampa— empezó a llorar.
—A ojos cerrados te creo, Kiara. Sé que no eres capaz de hacer algo tan cruel.
—¿Y Lia? ¿Cómo está mi hermana?
—Muy bien, no te preocupes, Kiara. Vargas es muy eficiente y se dio cuenta de que la muñeca de tu hermana tenía una cámara y micrófono. Por esa razón, Susana sabía todo. Ya la dañó; tranquila, tu hermana y la señora Mercedes están a salvo.
—¡Maldita mujer! Te juro, Esteban, que la quiero estrangula