Llegaron pasadas las doce de la medianoche y obviamente con restos de alcohol corriendo por las venas.

Más Elyan por no estar habituado a beber que Christian.

Éste, sujetándolo por la cintura evitaba que pudiera aterrizar al suelo a causa de su caminar torpe.

Procurando ser lo más silenciosos posible, ambos entraron en la casa y subieron juntos las escaleras.

-Tutto mi sta facendo girare- susurró entre hipidos y trabandosele la lengua.

-Ya te dije que no debías beber tanto- habló en voz baja Christian sosteniéndolo con un brazo.

Llegando ante la puerta del dormitorio del chico, Christian la abrió con gran sigilo para una vez abierta alzar en peso a Elyan.

Éste, sin querer, dio una risita pero la cortó enseguida al ver la mirada de reproche por parte del moreno.

Procurando no tropezar, Christian lo llevó hasta la cama para con sumo