CAMIL ARAY
UNA TERRIBLE SENSACIÓN
Los fuertes truenos de una terrible tormenta me despiertan, me pesan los párpados y me cuesta despabilarme.
Me extraña, no siento el cuerpo duro de mi Árabe bruto a mi lado y me muevo por la cama para encontrarlo tratando de acurrucarme contra su cuerpo.
Tengo frío y aunque intento pensar, solo mi mente divaga sin lograr concentrarme, me siento exhausta y la fuerte soñolencia me gana, solo deseo seguir durmiendo.
Finalmente desisto, al percatarme que estoy sola en la cama, Farid debe haber ido al baño, o quizás a Emira también la despertaron los estridentes relámpagos acompañados del fuerte estruendo que le sigue. Su padre debe estar con ella.
Será mejor que vaya a ver, a Emira no le gustan los truenos.
Finalmente abro los ojos y me sorprendo al encontrar las cortinas de la habitación abierta. A Farid no le gusta la luz para dormir, es algo así como una manía suya.
Bajo los pies de la cama y apartó las cobijas y me sorprendo demasiado de mi