LUCA MAGNANI
—Luca… Si Derek quisiera torcerme el cuello, ya lo hubiera hecho —refunfuñó Cristine y torció los ojos.
¡Creía que hacer que Derek se convirtiera en un buen chico sería tan fácil como lograr que Eliot superara sus traumas de la relación anterior!, pero no se daba cuenta de que los problemas de Derek eran más grandes. Salvas al perro con la pata rota, no al que tiene rabia.
—¡Cristine! Muchas veces las personas se vuelven peores en la cárcel. El encierro y la crueldad pueden trastornar a cualquiera. Tal vez fue un santo, pero no podemos asegurar que lo siga siendo ahora —agregué desesperado por hacerla entender, la tomé de los hombros, clavando mi mirada en la suya, buscando un poco de entendimiento.
—Es tu primo, es el hermano de Eliot y el único que nos puede facilitar las cosas para recuperar a Eliot y que no lo lastime —contestó tajante y mi corazón se hizo pedazos—. Tengo que intentarlo, quiero que recuerde que antes de todo esto fue una persona capaz de sentir amo