Capítulo 5. ¿ Donde está mi pequeña?

El plan perfecto para Dayán y su amante, el Dr. García, era que, cuando naciera el bebe, ellos se lo arrebatarían a la joven, pues era una mujer campesina que poco o nada sabía de leyes, tampoco sabía quién la había contratado. Ellos regresarían al país cuando la joven, estuviese a punto de dar a luz, así al regresar a casa, llegarían con el nuevo bebe, para continuar engañando y sacándole dinero al padre, ¡El plan perfecto!, - pensaban.

La panza de Valentina era bastante grande, ya estaba próxima a cumplir 9 meses y se le dificultaba el trabajo del cuidado de los niños. Su padre, el señor Luis, estaba trabajando con otras familias adineradas del sector, ya que la familia Carranza llevaba muchos meses fuera de la ciudad, él seguía recibiendo su sueldo, esto le daba la posibilidad de trabajar para otros y duplicar el dinero que llevaba a casa para los gastos; su esposa recibía el tratamiento a medias y aunque no estaba del todo bien, si había mejorado.

La familia se encontraba cenando, Linda miró a su hija Valentina, en ningún momento la había escuchado, renegar de su estado, su hija era fuerte, pero sabía que se estaba haciendo la más fuerte, para no preocupar a nadie, ya que esta situación los había afectado a todos.

Los platos sucios, era algo que a nadie le gustaba lavar en casa y Valentina, se ofreció a lavarlos, sintió un pequeño dolor, pero no prestó atención, luego vinieron más punzadas que la hicieron exclamar de dolor, su madre fue a ayudarle, de inmediato su padre tomó el teléfono y llamó al Dr. Garcia; lo hacía en contra de su hija y esposa, pues ya estas se habían resignado a que estas personas los habían engañado. Pero lo que no sabía Valentina, era que su padre mantenía contacto con él y le informaba de cada paso que ella daba.

Recostada en un sillón de la sala de su casa, su padre le pidió que esperara mientras llegaba la ambulancia, ya que él había llamado solicitando este servicio. Pronto llegó la ambulancia y la joven Valentina fue subida con mucho cuidado, una maleta con ropa para ella y el bebe, llevaba don Luis, quien era su acompañante.

Al llegar a la clínica, de inmediato varios médicos y enfermeras corrieron a atenderla, un recorrido por un largo pasillo, para llegar hasta una lujosa habitación, el trabajo de parto había comenzado, pero los médicos se empezaron a preocupar porque no podía salir el bebe, uno de ellos, tomó la decisión de hacer una cesárea, para evitar que la madre y el bebe corrieran peligro. La cesárea fue todo un éxito. Valentina dormía plácidamente hasta que una enfermera vino a verla.

-¡Mamá, ya debes dejar de dormir, debes atender a tus hermosas bebes!. Estas palabras tomaron por sorpresa a Valentina, ¡Hermosa bebes!.. La enfermera trajo consigo en cada brazo un bebe, ¡Eran dos! ¿De quién era el otro bebe?.

- ¡Aquí tienes dos hermosas niñas! ¡En verdad que no se parecen a ti! ¡Si no hubiese estado en el parto, habría dicho con claridad que no eran tuyas.! La enfermera tenía toda la razón, las pequeñas no se parecían a ella, su color de piel era demasiado blanco y sus cabellos rubios. Pidió a la enfermera buscar en su bolso y sacar el casi destartalado móvil, para tomar una foto, deseaba atesorar este hermoso momento con sus princesas. Muy amable se mostraba la enfermera, y con su cálida sonrisa, prestó sus servicios para tomar la fotografía. Quiso tenerlas más tiempo en sus brazos, pero fueron llevadas por un médico a otra habitación. Las horas pasaban y nadie venía hasta la habitación de Valentina, decidió levantarse de la cama e ir a ver qué sucedía, le dolía un poco la pelvis, debido a la cesárea.

El parto había sido pasada la media noche y ya eran las tres de la tarde, no había comido nada y escuchaba llantos de bebe. En la habitación contigua estaba una de las bebés, lloraba fuertemente, la tomó en sus brazos y la arrulló, buscó afanosamente a su otra hija, pero no vio a nadie más en la habitación, salió a buscar quien pudiera ayudarla, llamó a una enfermera, le contó lo que sucedía, pero nuevamente fue devuelta a la habitación con su pequeña, un biberón fue traído, ya que la pequeña necesitaba comer, y porque los senos de Valentina producían poca leche. 

La enfermera prometió buscar a su otra pequeña, aunque se mostró escéptica, al parecer no creía esta historia que la joven le contaba, luego de mucho rato, regresó, diciendo que nadie sabía nada de un bebe con esas características, personal médico llegó, pero no daban ninguna respuesta. Esa noche, Valentina, se aferró a su pequeña, necesitaba protegerla de quien quisiera hacerle daño, tenía que buscar a su otra pequeña, ¿no era posible que desapareciera así como si nada?, temía salir de la habitación y dejar a la pequeña sola, pues podría desaparecer también; en la mañana el personal volvía nuevamente, ellos debían saber qué pasó. Pero no quiso esperar para saberlo, esa misma noche se abrigó lo suficiente y también a su pequeña y salió en busca de alguna respuesta, fue hasta “Información” mostró la fotografía que había tomado con su móvil, pero nadie sabía nada, caminó los pasillos, pero nadie le daba ningún tipo de información, luego volvió hasta su habitación, esperó con paciencia hasta que el turno de la mañana llegara, pero no había nadie conocido, -¿Qué estaba pasando? ¿Qué habría pasado con su pequeña?.

¡Tenía que irse, la habían dado de alta en la clínica!. Buscó a su padre, para que la ayudara con la beba y con la maleta, pero tampoco estaba. Las lágrimas corrían por sus mejillas, estaba completamente sola y sin dinero para tomar un taxi y regresar a su casa. Pediría ayuda a alguien, estaba al otro extremo de la ciudad, pero el tiempo transcurría y todos se negaban a ayudarla, cruzaría la calle, caminaría y en el camino seguiría pidiendo ayuda, pero el hambre, el estrés por no saber nada de su pequeña, ni de su papá, hicieron que perdiera las pocas fuerzas que tenía, precipitándose contra el suelo. Pero alguien la sostuvo para que no cayera.

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