Capítulo 12. ¡Disculpe, pero no vuelva a entrar y salir por esa puerta!
- ¡Necesito hablar contigo!
- ¿Qué sucede, madre? - Valentina vio la cara de preocupación de su mamá y sabía que era algo importante.
- Hoy termina tu trabajo en casa de esa gente rica, espero que luego de esto, te dediques al cuidado de tu hija, la tienes muy abandonada. Sales y la dejas dormida y cuando regresas ya es muy tarde y la encuentras dormida, esta no es la vida que un niño desearía.
- ¡Madre, yo… necesito ese trabajo, sabes que es lo único que tenemos en este momento!
- ¡Solo te estoy diciendo lo que es justo para, Linda!
- ¡Seguiré trabajando con el Dr. Carranza, anoche me llamó y me va a renovar el contrato! ¡Ya buscaré una solución, amo a mis hijas y esto lo estoy haciendo por ellas!
- ¿A tus hijas? ¿Qué me estás ocultando, Valentina?
- ¡Madre, yo…, no te estoy ocultando nada, ¡Te contaré todo a su debido tiempo! ¿Ahora me tengo que ir?
- En ese momento un mensaje de su banco llegó al móvil, le habían consignado su salario, se quedó atónita, era una cifra, muy generosa