CAPÍTULO VEINTIÚNO

CAPÍTULO VEINTIÚNO: PRIMERAS SOLUCIONES

MARÍA EUGENIA

Era cierto lo que dije de los niños, nunca iba a ser de mi agrado, siempre iba a preferir a los animales antes que los niños pero eso no significaba que no entendiera de sus necesidades, no entendiera de sus alegrías y era por esa misma razón que ella estaba jugando ahí.

Las hermanas estando en la cocina me habían pedido que fuera por algunos materiales que necesitaban para continuar con la preparación de las galletas y siendo de esa manera, llevando conmigo la harina me distraje en el momento en que vi a los niños jugar en el patio, prefiriendo por supuesto jugar con ellos sin importar si me estaban esperando o no en la cocina.

Una vez más frente a mí encontraba a aquel hombre que no había visto en varios días y que era el mismo al que ya había olvidado.

— ¡Señor Ferrer!

—María Eugenia —nombró él con una sonrisa en el rostro. —Un gusto volverte a ver.

—El gusto es mío, señor Ferrer.

—Veo que jugabas con los niños.

—Sí, es divert
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