— Abuelo, no estoy haciendo ningún esfuerzo, no existe razón para que hagas todo este alboroto - Olivia se había cruzado de brazos, su apariencia a su abuelo le había parecido encantador aquella postura adquirida por la muchacha.
— Olivia, te pareces mucho a ella - Lo expresado por Oliver Dacosta por supuesto había logrado sobresaltar a la mujer cuyo rostro se volvió pálido rápidamente.
— Nunca hemos hablado de ella, aunque también fue porque yo lo quise así - Murmuró ella acariciando su vientre abultado.
- ¿Quieres conversar acerca de tu madre? - Oliver analizo a su nieta - Hablaremos de ella, pero como fue hasta antes de tu nacimiento después de que des a luz hablaremos más.
Olivia había dejado escapar un suspiro, por supuesto que ella durante varias noches se había puesto a pensar en su madre, pero la cobardía era más fuerte que ella, entonces siempre dejaba pasar por alto aquella sensación de querer saber más acerca de la mujer que la trajo al mundo.
— Ella era tan hermosa como tú