Narra Alexander Facussé.

Cuando me fui de viaje con Carolina todo marchaba bien, me encantó pasar tiempo con ella aunque el viaje haya sido de negocios pero nosotros lo disfrutamos.

Me da mucho gusto de que ella haya aceptado trabajar para la empresa, ese es un gran avance para tenerla cerca aún después de que termine su práctica profesional.

Ella se entregó a mí, me entregó lo más preciado para una mujer 《Su virginidad》, ella ahora es mía, yo soy el dueño de sus caricias, sus besos y su cuerpo fogoso, sí, mi chica es puro fuego, es dinamita pura al momento de hacer el amor y eso me fascina de ella.

Con ninguna mujer me había sentido tan atraído como lo estoy con Carolina, ella me vuelve loco.

Pensaba pedirle que fuera mi novia cuando regresaramos pero alguien se me adelantó y me envió unas fotos en donde aparece Carolina abrazada a un chico casi de su misma edad y en las otras fotos salen ambos llegando al departamento de Carolina y despidiendose