Voy hasta el refrigerador y tomo una botella de agua, ya no podré volver a dormir camino hasta el mesón y trato de relajarme un poco moviendo mi cuello de un lado al otro, estoy tenso, toda la mierda que le hizo me tensa, porque no puedo hacer nada para ayudarla, a partir de ahora la ayuda será del día a día, de las nuevas cosas que viva y de lo que experimente, muevo una vez más mi cuello, cuando unas manos suaves recorren mi espalda
– ¿no puedes dormir? – la seductora voz de Max se hace escuchar en la vacía cocina
– no
– ¿pesadillas? – dice con sorna, me giro para verla y niego con la cabeza
– ¿estabas escuchando?
– curioseaba, no todos los días ves a Dark preparar te para alguien – pongo mis ojos en blanco mientras sus manos acarician mis brazos
– Max, ¿Qué quieres? – pregun