Ya en el río Tíber, listos a recorrer su extensión, todos en sus trajes de baños disfrutaban de la piscina en el yate.
— Luggina miró a Lucciano en una de las tumbonas junto a Miguel Ángel conversando muy animadamente.
— Bianca, ¿Como sigues con tu padre?
Bianca miró a Miguel Ángel, suspiró profundo y respondió mordiendo se el labio.
— Lugg, mi padre ya sabe donde vivo, y está furioso, y lo peor es que Felipe dice no importarle.
— Ese tipo no me agrada.
— Ni a mi, nunca me agradó, mi padre tiene esa loca idea de querer casarme con él
— Tienes que decirle a Miguel Ángel, el sabrá que hacer.
— No quiero que se arriesgue enfrentándose a Felipe Calderón.
— Y será peor cuando se entere por otro, y que tú no le hayas dicho nada.
— Luggina tengo miedo, tengo miedo de que Felipe le haga algo a Miguel Ángel.
— Por eso se lo tienes que decir para que esté prevenido y no lo coja de sorpresa.
Miguel Ángel miró a Bianca y se acercó a ella.
Luggina caminó hacia Lucciano tenía, puesto un camisón.
Lu