Aria
Siempre supe que estaba jugando con fuego. Desde el primer momento en que lo conocí, Alexei Volkova ha sido la llama que ha incendiado cada rincón de mi ser. Al principio, luché contra esa atracción, tratando de mantener una distancia segura, recordándome a mí misma que no podía permitirme caer en su juego. Pero ahora… ahora todo eso parecía una broma. El fuego me estaba consumiendo, y no había forma de detenerlo.
Había algo en su presencia, en la forma en que me miraba, que hacía que mi cuerpo respondiera sin que yo lo quisiera. Cada vez que me acercaba, podía sentir el calor de su cuerpo, su respiración, el latido de su corazón. Pero lo peor no era eso. Lo peor era que, a pesar de todo el caos que su vida tra&iacut