Charlie.
—¿Mi papi? —Kai me observó confundida, pero antes que pudiera decir algo Nate habló.
—Sí cariño, yo soy tu papi…— él se acercó un poco más. Y Kai se alejó un paso.
—¿Kai? — dijimos ambos al tiempo ante la reacción de Kai.
Le hice una señal con mi mano a Nate para que dejara de avanzar y acaricié la mejilla de mi dulce niña.
—Nate ha venido desde muy, muy lejos a verte bebé, él te quiere mucho y quiere ser tu papi—le hablé con voz baja y suave.
—¿Me quiere? — la voz de mi niña fue pequeñita.
—Te amo —la voz de Nate se quebró y mis propios ojos se llenaron de lágrimas. Él extendió su mano hacia ella, pero ella volvió a dar un paso a