***ABEL***
Sentí un torbellino de emociones recorriendo mi ser por tenerla entre mis brazos. Estaba dichoso de tenerla tan cerca.
Con confianza la abracé más fuerte y después de hablar por un largo rato se quedó dormida a gusto en mi pecho. Yo quise vigilar sus sueño.
Tenerla así hizo que resonara en mi cabeza una rima poética que alguna vez leí y quedó en mi memoria:
"Despierta, tiemblo al mirarte:
dormida, me atrevo a verte;
por eso, alma de mi alma,
yo velo cuando tú duermes.
Despierta, ríes y al reír tus labios
inquietos me parecen
relámpagos de grana que serpean
sobre un cielo de nieve.
Dormida, los extremos de tu boca
pliega sonrisa leve,
suave como el rastro luminoso
que deja en sol que muere.
¡Duerme!
despierta miras y al mirar tus ojos
húmedos resplandecen,
como la onda azul en cuya cresta
chispeando el sol hiere.
Al través de tus párpados, dormida;
tranquilo fulgor vierten
cual derrama de luz templado rayo
lámpara transparente.
¡Duerme!
despierta hablas, y al hablar vibra