—No te preocupes. Mi abogado es muy hábil con los litigios de divorcio. Confío en que muy pronto ya no tendrás que andar desmintiendo rumores.
Suspiré y estuve a punto de darle las gracias, pero justo entonces sentí que algo no encajaba.
¿Qué quería decir con que “muy pronto” ya no tendría que desmentir nada?
Al dirigirle una mirada inquisitiva, noté que se le habían encendido las orejas.
Su reacción era tan evidente que no hacía falta que dijera nada para entender lo que significaba.
—Te esperaré. Hasta el día en que estés divorciada. Mientras tanto, puedes confirmarlo conmigo una y otra vez. Te prometo que lo que siento por ti no cambiará.
Por fin entendí cómo se siente ser amada de verdad.
Después de la confesión de Gabriel, dejó de ocultar su predilección por mí y la exhibió abiertamente ante todos.
Durante el proceso de divorcio con Mateo, él intentó verme más de una vez, pero Gabriel siempre lo despachaba sin miramientos.
Incluso, temiendo que me acosaran, alqu