Shelly se sintió conmovida, pero dudó al escuchar el precio.
Por muy bonito que pareciera, su interés por el artículo se desvanecía si el precio excedía su estimación.
"¡Vamos a otro sitio!". Shelly quería sacar a Hayden de la tienda.
Ya que habían logrado comprar cuatro muñecos a precios normales, quería encontrar otra tienda que vendiera productos que no fueran excesivamente caros.
Hayden permaneció firme. "Te gusta este chal, ¿verdad? Podemos comprarlo e irnos a otro sitio después".
El precio del chal no era gran cosa para él. Rara vez iba de compras, y cualquier cosa que se pudiera encontrar en tiendas comunes y corrientes no le resultaba cara.
Como a Shelly parecía gustarle el chal, quiso comprárselo.
No le importaba si Shelly quería quedárselo o dárselo a Avery.
Shelly sabía que Hayden tenía más dinero del que podía gastar, pero lo sacó de la tienda a pesar de todo y le dijo: "Veamos si hay algo mejor. Si no, podemos volver y comprarlo, ¿de acuerdo?".
"Claro",