Crónicas de una madre primeriza.
Crónicas de una madre primeriza.
Por: Lysmis
Capítulo uno: la noche del incidente.

— Lo mataré

— Eso no va a cambiar qué encontró a otra chica...

— No hay forma que de conseguir a una chica tan rápido Jules, claramente te estaba engañando.

Sostenía mi teléfono con fuerza pese a que mis manos temblaban al ver que Tommy, mi ex, había actualizado una nueva foto a su W******p en dónde lucía muy feliz al lado de una rubia curvilínea y sonrisa similar a la de un comercial de pasta dentífrica, sabía desde hace tiempo que me estaba siendo infiel pero no quería aceptarlo.

— No quiero sacar conclusiones, al menos me consuela saber que la chica es mucho más bonita.

— ¿Estás escuchando lo que dices? Tu también eres hermosa amiga y nadie merece algo asi.

— Tampoco voy a ganar nada haciendo un alboroto, si estoy herida pero ella se quedó con él, claramente le irá peor.

Vanna por un instante se quedó pensativa, arrancó mi celular de la mano y empezó a escribir rápidamente sin siquiera tomarse un descanso. La miraba algo perturbada tomando en cuenta que actuaba como una psicópata.

— ¿Quieres decirme que haces con mi celular Silvanna? — Pregunté conteniendo la risa.

— Está misma noche vamos a olvidarnos de la existencia de el idiota de tu ex, nos divertiremos como solo un grupo de amigas haría.

— Pero nosotras no tenemos más amigas...

— ¿Y qué? No necesitamos a nadie más, solo le escribía a tu madre, le dije que será una noche de chicas tranquila.

— No sé por qué me da la impresión de que será todo menos tranquilo.

— Cariño necesitas despejarte, no tendrás 19 toda la vida y en unos años tal vez vivirás arrepentida de no haber experimentado lo suficiente y como si no fuera poco quedarte en tu habitación encerrada mientras el imbécil de Tommy disfruta con otra.

— Sabes que me gustan las planificaciones, de haberlo dicho antes yo habría pensado incluso en que ropa usar.

— ¿Y yo que iba a saber que tú novio te sería infiel? — Me preguntó con ironía.

— ¿Te han dicho que eres cruel?

— Muchas veces pero ese es mi mecanismo de defensa, ahora date prisa que estoy muriendo por un trago.

— ¿Y a dónde iremos?

— A un lugar muy importante, tengo un amigo con un estatus social bastante alto, dará una fiesta en su club en dónde solo irán personajes importantes. Me había negado a asistir, pero la situación lo amerita.

Pensé en negarme pero al final nada perdía con divertirme al menos una noche, quizás algo positivo que me ayudaría a salir de mi zona de confort.

Mi vestido verde esmeralda me sentaba bien e iba acorde a la ocasión, el amigo de Vanna pasó por nosotras en un lujoso auto que probablemente costaba más que mi vida.

— ¿De dónde conoces a estas personas Silvanna? — Pregunté en voz baja mientras el chico pelirrojo conversaba con el chófer.

— Lo conocí en f******k, se llama Donald, me pareció todo un galán y un acceso directo a el mundo de los ricos.

— ¿Que pretendes con todo esto?

— Divertirnos, saber cómo es, relájate Jules por eso nunca disfrutas de la vida.

Tenia razón, quizás yo estaba exagerando pero algo me decía que esa noche sería una locura.

Al llegar al hotel entramos rápidamente gracias al acompañante de mi mejor amiga. El sitio era inmenso y decorado con unos hermosos candelabros que daban un aspecto más elegante al salón.

— Jules, esta es tu noche, no lo olvides — Aconsejó Vanna antes de irse en compañía de Donald.

— Últimamente a las personas en mi vida se les ha hecho costumbre dejarme por alguien más — Me quejé en voz alta.

— Eso suena terrible, pero piensa en que hay quienes pasan por peores situaciones.

Miré con extrañeza al chico de mi lado al saber que se estaba dirigiendo hacia mi, sus ojos eran como dos lagunas radiantes y su olor era bastante irresistible. Aunque por su aspecto lucía como alguien adinerado.

Y si, estaba juzgando a un libro por su portada.

— ¿Que podría ser peor que tú novio te sea infiel desde antes y luego tenga otra a nada de haber roto? — Pregunté mirándolo con curiosidad. Él me dió una sonrisa que realmente me dejó pasmada.

No creía en el amor a primera vista pero sin duda ese chico era atrapante.

— Es difícil pasar por algo así, pero creo firmemente en que las personas malas se destruyen así mismas y dudo que seas perdedora si tú ex era un cobarde.

— Tienes razón — Respondí más motivada puesto a qué no lo había visto de esa forma.

La música parecía ser del agrado de todos puesto a qué parecían avanzar a la pista en parejas. Cómo si ya no tuviera suficiente con que me reemplazaran en menos de un mes.

— No todo tiene que ser malo, ¿Quieres bailar? — Preguntó de pronto mirándome fijamente.

No podía permitirme actuar como una niña, se suponía que Jules siempre tenía todo bajo control. Además me juré que esa noche me divertiría cómo nunca y el desconocido parecía ser el candidato perfecto.

— Por supuesto — Respondí al final.

Podía sentir como mi corazón se aceleraba pero seguia el ritmo de la música mientras bailaba cerca de el chico quien parecía mirarme con una sonrisa que me seguía resultando hipnotizante.

— Me gusta tu sonrisa — Admití sin pensarlo.

El joven me miró con sorpresa pero nuevamente sus comisuras se elevaron.

— Tienes unos ojos muy lindos — Respondió con rapidez.

Increíble, recién llegaba y ya estaba bailando con un extraño que además me parecía irresistible.

— Gracias ¿Cómo te llamas?

— Te propongo algo — Dijo en lugar de decirme su nombre.

— Te escucho.

— Mi vida es un desastre y la tuya claramente también lo es, así que vivamos está noche al límite, sin pensar en el mañana y dejar de atormentarnos por unas horas por todas las cosas negativas que conlleva ser nosotros...

— Jamás he hecho algo como eso, pero suena interesante. Trato hecho, de igual forma no es como que volvamos a vernos algún día — Respondí y estrechamos nuestras manos para seguir bailando unos segundos después.

De un momento a otro todos los escenarios de el imbécil de mi ex vinieron a mi mente como una película de terror, no podía ser feliz aún estando en un lugar tan alegre como ese frente al hombre más apuesto que alguna vez alcancé a conocer, entonces pensé en varias cosas:

"Un clavo saca a otro clavo"

"Mientras yo sufro el ya está con alguien más"

"Intenta superarlo como sea"

Me acerqué más al chico de traje azul mientras íbamos al ritmo de la canción mirándonos fijamente pero sin decir alguna palabra para no arruinar la atmósfera y de un momento a otro mis labios y los de él se unen en una perfecta sincronía, y lo increíble no fue el haber sido besada si no la sensación agradable en mi interior, jamás nadie me había besado de esa manera, cómo si estuviera esperando toda la vida por ese instante.

¿Quien era ese chico?

¿Y por qué deseaba escapar de su vida por una noche?

No tenía la menor idea, lo único que tengo claro es que esa misma noche me entregué a él y ese era tan sólo el inicio de el desastre que estaba por aproximarse.

Capítulos gratis disponibles en la App >
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo