—¿Qué voy a hacer? —preguntó Elisa en medio del llanto. Estaban sentados en la banca del parque donde Elisa charló con la paloma y Alexei le acariciaba la espalda en silencio, estaba más en shokc que Elisa, con la mirada puesta el suelo y el rostro pálido.
—Hay que hablar con él, así saldremos de dudas —le dijo él y Elisa lo golpeó en la pierna.
—¿Qué otra prueba quieres? —le dijo y se secó las lágrimas de la cara en dos manotadas fuertes —él me compró —Alexei sacudió la cabeza.
—Me niego a creerlo —Elisa lo miró con fastidio.
—Entonces eres un ingenuo —él iba a contestar, la cara se le puso roja y ya la había señalado en el dedo, pero el teléfono lo interrumpió.
—Aló —contestó y Elisa logr&oac